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Riego de la Caña de Azúcar Tecnología Azucarera

Pérdidas de agua en cultivo de caña de azúcar

Las necesidades de agua de riego responden a un balance entre el aporte de las lluvias y las pérdidas por evaporación y transpiración. En caso de existir una capa freática próxima a la superficie del suelo, cosa que ocurre en una amplia superficie del área cañera de Tucumán (Llanura Deprimida), ésta también hace aportes al cultivo dependiendo de la profundidad a la que se encuentre y de algunas características de los suelos (Figura 4).

Las variables más importantes de este balance son:

Evapotranspiración Real
Es la pérdida de humedad por evaporación directa a partir del suelo, de charcos que quedan después de una lluvia, del agua retenida en el follaje y por transpiración de la parte aérea de la caña a partir del agua que toma su sistema radicular. La magnitud de la evapotranspiración depende de:
  • El contenido de humedad del suelo.
  • El grado de cobertura del suelo con residuos de cosecha. Esto es muy importante en la primavera, cuando la caña tiene poco desarrollo, pues la gran cantidad de residuos que deja la cosecha reduce las pérdidas por evaporación directa.
  • La radiación (nubosidad, latitud, altitud, época del año y hora del día).
  • La capacidad evaporante del aire (temperatura, humedad relativa y viento).
  • El desarrollo de la parte aérea de la caña de azúcar.

Lluvia
El aporte de agua de la lluvia sigue distintos caminos y solo una parte es almacenada en el suelo para luego ser tomada por las raíces del cultivo. A esta se denomina precipitación efectiva. Los principales destinos de la lluvia son los siguientes:
Pérdidas agua caña azúcar
  • Pérdidas por Evaporación Directa: Una fracción se pierde de esta forma, a partir de la parte aérea de las plantas, de los charcos y desde la superficie del suelo.
  • Infiltración: El agua que se infiltra en el suelo y se almacena en la zona de crecimiento de las raíces, pasa a constituir una reserva para el cultivo. La que se mueve por debajo de la zona radicular tiene poca influencia en el balance hídrico de la caña de azúcar y puede considerarse como pérdida a los fines prácticos. Puede aportar a los acuíferos, entre ellos la capa freática.
  • Pérdidas por Escurrimiento superficial: Cuando la intensidad de la lluvia supera la velocidad de infiltración y la capacidad de almacenaje de las depresiones, el agua se pierde por escurrimiento directo. Este fenómeno contribuye a crear una distribución no uniforme de la humedad almacenada en el suelo donde en algunos casos los bajos pueden recibir una cantidad adicional de agua en detrimento de los sectores altos. Por otro lado, una fracción, importante o no, dependiendo de la intensidad y duración de la lluvia, puede abandonar el área por la red de drenaje natural o artificial.
La Figura 5 muestra en forma esquemática como el aporte de la precipitación sigue distintos caminos. Es muy difícil precisar la lamina que se transforma en precipitación efectiva por el numero elevado de variables que intervienen; pero resulta muy importante tener presente que sólo una parte de la lluvia registrada, estará disponible para el cultivo.

Contribución de la capa freática
Su aporte de agua al cultivo depende de dos variables principales:
  • La profundidad a la que se encuentra: A menor profundidad mayor es su importancia en la provisión de agua al cultivo.
  • La textura y estructura del suelo: Los suelos que transportan con mayor eficiencia agua desde la capa freática a las raíces o a la atmósfera son los franco arenoso finos y los franco limosos. Los suelos arenosos, por tener poros de gran tamaño, muestran un ascenso capilar limitado. Por otro lado, los suelos de textura muy fina, con dominio de la fracción arcilla, presentan baja velocidad de transporte de agua y su influencia en la provisión de agua al sistema radicular es mucho menor (Figura 6)
Pérdidas de agua en caña de azúcar

La necesidad de agua de riego durante el ciclo de la caña de azúcar está determinada por un lado, por un balance entre los aportes de la lluvia que se transforma en precipitación efectiva, más la contribución de la capa freática y más el agua almacenada en la zona radicular al comienzo del período de crecimiento y por el otro, por las pérdidas estimadas por la evapotranspiración potencial. Esta última es la demanda de agua del cultivo en caso en que la humedad de suelo sea suficientemente alta como para no ser una limitante. El manejo de la disponibilidad de agua puede realizarse mediante el riego y/o mediante prácticas culturales (como la rotación, el mantenimiento de los residuos de cosecha, sistema verticales y mínimos de labranza, la fertilización y la variedad, entre otros), que favorezcan un mayor almacenamiento en el suelo y/o la reducción de las pérdidas evaporativas.
Autores:
L. Roberto Figueroa 
Eduardo R. Romero 
Guillermo S. Fadda

Fuente: EEAOC

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