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Teoría Anticlinal - Geología Aplicada Tecnología de Exploración del Petróleo

Fig. 2-3. Anticlinal: 1) Acuífero. 2) Contacto agua-petróleo. 3) Pozos terminados. 4) Pozo productor de agua.
Desde tiempos inmemoriales las gentes utilizaron los rezumaderos de hidrocarburos como fuentes de aprovisionamiento para varios menesteres.

El gas incendiado en el mismo sitio de su aparición sirvió para alumbrar en muchos lugares de la Tierra. El primer gasducto, hecho de troncos huecos de madera, para llevar gas a Fredonia, estado de Nueva York, se construyó en 1825. El petróleo se utilizó para alumbrado por antorcheros; para calafatear embarcaciones; como impermeabilizante; como cemento o pega en las construcciones y hasta en aplicaciones medicinales.

Siglos atrás, los chinos desarrollaron métodos y experticia para hacer pozos en busca de sal y de agua. Sin embargo, se da como punto de partida del esfuerzo por establecer la industria petrolera comercial y formal, el pozo terminado como productor el 28 de agosto de 1859 por el coronel Edwin L. Drake. Este pozo, ubicado en las inmediaciones del pueblo de Titusville, condado de Crawford, estado de Pennsylvania, llegó a la profundidad de 21,2 metros y por bombeo produjo 25 barriles diarios.

Para esa fecha el precio del crudo era de $16 por barril.

El primer esfuerzo exploratorio formal compensó las gestiones de la Pennsylvania Rock Oil Company, empresa creada el 30 de diciembre de 1854 para perforar y buscar petróleo en Pennsylvania, a cargo de su superintendente de operaciones Edwin L. Drake.

En los comienzos de la industria, las técnicas de exploración para ubicar los pozos se basaban en la creencia general de que el petróleo seguía el curso de las aguas. Por tanto, valles y lechos de riachuelos y ríos eran sitios favoritos para perforar.

La harta frecuencia con que se logró el descubrimiento de yacimientos petrolíferos, ubicando pozos por las señas de reflejos irisados de petróleo que flotaban sobre el agua, influyó mucho en el ánimo de los primeros exploradores para no valerse desde un principio de la aplicación de conocimientos y técnicas geológicas disponibles.

La teoría anticlinal
El auge exploratorio con taladro que se perfilaba en Pennsylvania a principios de 1860 se vio fortalecido por la audacia de algunos exploradores que con éxito ubicaron sus pozos en sitios más altos y cimas de colinas.

En 1860 el profesor canadiense Henry D. Rogers hizo observaciones sobre la posición estructural del pozo terminado por Drake. En 1861 otro canadiense, T. Sterry Hunt, presentó amplios y claros conceptos sobre la teoría anticlinal.

El anticlinal es un pliegue arqueado de rocas estratificadas cuyos estratos se inclinan en direcciones opuestas desde la cresta o eje del pliegue para formar una estructura domal o bóveda.

Durante la década de 1860, y a medida que los pozos se hacían más profundos y el ritmo de las actividades de exploración se intensificaba en la cuenca de las montañas de Apalache, se empezó a complicar la interpretación de muestras de los sedimentos extraídos de los pozos, la correlación entre pozos y la determinación de factores que permitiesen tener mayor control sobre el pozo mismo y sus objetivos.

Como se trabajaba y aplicaban conocimientos prácticos sobre la marcha, los estudiosos y expertos empezaron a ofrecer sus conocimientos y servicios. La teoría anticlinal rindió sus frutos al revelar las razones de los éxitos de la perforación en tierras altas.

Geología aplicada
Como parte de las Ciencias de la Tierra, la Geología de Superficie fue la primera utilizada para ayudar a la naciente industria a interpretar las manifestaciones e indicaciones de la naturaleza sobre las posibilidades de encontrar depósitos petrolíferos.

Fig. 2-4. Las fuerzas de la dinámica terrestre que perturban los estratos originan una variedad de accidentes geológicos (fosas, anticlinales, sinclinales, fallas, discordancias, etc.) y trampas que favorecen la retención de las acumulaciones petrolíferas.
Por observaciones y estudios de la topografía del área se asentaban los rasgos remanentes de la erosión; el afloramiento de estratos y sus características; el curso y lecho de los ríos; la apariencia y tipos de rocas; descripción de fósiles recogidos; aspecto y variedad de la vegetación; rezumaderos petrolíferos y todo un sinnúmero de detalles que finalmente aparecían en láminas y mapas del informe de evaluación, preparado para los interesados.

Toda esta información, aunada a la que se recogía de la perforación, servía entonces para correlacionar el suelo con el subsuelo y aplicar así conocimientos para proyectar futuras operaciones.

Al correr de los años se expandió la aplicación de las diferentes ramas de la Geología a la exploración para esclarecer las incógnitas del subsuelo. Entraron a formar parte de las herramientas del explorador las geologías Física, Histórica y Estructural; la Paleontología, la Palinología, la Petrografía, la Geomorfología, la Mineralogía, la Sedimentología y la Estratigrafía.

Durante el resto del siglo XIX, las geologías de Superficie y de Subsuelo sirvieron extensamente al explorador para la proyección de estudios locales y regionales en búsqueda de nuevos depósitos. De toda la información recopilada y estudios realizados, se llegó a apreciar cuánto podía saberse entonces acerca del subsuelo. Faltaba todavía la aplicación de otros métodos y conocimientos científicos que antes de la perforación ofreciesen al explorador información anticipada acerca de las formaciones, su distribución, posición, profundidad, espesor y otros detalles que ayudarían a programar con más certeza las campañas de exploración.

Esta técnica complementaria (Geofísica, representada por la Gravimetría, la Magnetometría y la Reflexión Sísmica) se desarrollaría muchos años más tarde, como también otras que se aplicaron bastante después -Fotogeología Aérea, Geoquímica y más recientemente, a partir de la década de los sesenta, la Computación y la Sismografía Digitalizada.

Fig. 2-5. Durante los estudios geológicos de campo, la mensura
del terreno es parte importante de los levantamientos. En
las exploraciones geológicas de superficie, cada pedazo de
roca es para el geólogo fuente de información insustituible de
la historia geológica de los sitios observados.
Todas estas técnicas son ahora más efectivas, gracias a mejores procedimientos de adquisición, procesamiento e interpretación de datos, los cuales son transmitidos con asombrosa velocidad y nitidez de un sitio a otro mediante modernos sistemas de comunicación: satélites, televisión, fax, celular, télex e impresoras con una increíble capacidad y selección de tipografía a color.

Fuente: "El Pozo Ilustrado". FONCIED

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